El sentido de la Página

 

No olvido mi misión sabio Odín, y pido a ti,

y con tu permiso a Thot y a los dioses amigos

qué nos dejen ser como pretendemos

en la rectitud del camino

 

El Oráculo estaba en trance, con los ojos en blanco mirando una lejanía a la cual nosotros no podíamos llegar o imaginarnos. Sentado en su sillón de augurios de imitación al estilo victoriano, cada tanto levantaba sus manos como si moviese por una selva evitando maleza o algo así.

-A pesar que lo conozco hace siglos –dijo en voz baja el Brujo-, esta parte siempre me asusta.

-¡Silencio! –chistó el Oráculo en trance con una gutural voz-, pueden escucharnos –quedó en silencio unos segundos y volvió a hablar; esta vez se dirigió a nosotros-. ¿Qué buscan?

-El sentido de la página Web.

Sonrió mostrando sus blancos dientes.

-Todos cometemos errores amigos míos, la tentación de ser como los demás nos lleva a repetirnos en la estupidez.

-Debe haber una manera, no siempre tendría que ser así –dijimos-. Queremos ir por el buen camino, compartir las cosas en las que coincidimos con los amigos y desconocidos, buenos libros, buena música, manifestaciones artísticas y culturales…

El Oráculo cortó nuestro discurso con sus voz de ultratumba – ¿Van a hablar ustedes o yo?, yo soy el Oráculo, eso lo tengo que decir yo –nos regañó.

-Que bueno seria un mundo sin la infinita estupidez, sin tipos como Tinelli o Bush–pareció pensar en voz alta el Poeta susurrando la oración arriba de este renglón.

El Oráculo se detuvo, pareció encontrarse en otro lugar, sus movimientos eran mas cautelosos, como si de alguien se escondiera, dirigía sus ojos en blanco como mirando en todas las direcciones, nos pedía silencio llevando su índice a los labios. De repente comenzó a temblar, traspiraba y estaba a punto de entrar en shock. El brujo se paró y lo agarró de ambos brazos con fuerza –Salgamos de aquí amigo, vuelve –gritó. El Oráculo despertó con una cara de espanto que daba espanto.

Un rato después cuando se calmó, nos contó lo que había sucedido.

“Nunca mas me vuelvan a pedir una preedición sobre un tiempo así. Allí estuve y era terrible, un futuro espantoso”.

-Espantoso el buen gusto, la cultura y la paz –preguntamos, el Oráculo sonrió irónico.

“Era un mundo donde la música clásica y la buena música dominaban los medios, la literatura era la diversión numero uno, todos los días una actividad artística podía entretenerte. Los medios de comunicación estaban al servicio de la información educando y aconsejando… todo era perfecto, la gente en las calles hablaba de historia, discutía poesía, opinaba sobre movimientos musicales e improvisaba minuetos silbando distraída por la calle, era una tierra hermosa”.

-¿Cuál era el problema entonces? Encausemos la página por ese camino para llegar a ese futuro tan rico en espíritus libres e inteligentes.

“La Resistencia era perversa y feroz. El ser humano es estupido y jamás se conforma con lo bueno que tiene. Grupos clandestinos abrigaban por contenidos estúpidos, irracionalidad, fatiga mental, entretenimientos de contenidos ignorantes, exposición de violencia”. El Oráculo calló de repente, no podía narrar mas lo que había visto y vivido en aquel futuro perfecto. ¿Será verdad que el mundo cuando llegue a lo que nosotros queremos, todas las manifestaciones artísticas a pleno y mejorando nuestras vidas y nuestros espíritus, la nobleza como virtud primera, la solidaridad el conocimiento, igualmente haya gente que no se conforme y busque la redención en la oscurantismo de la ignorancia?

Somos estúpidos.

“Hay algo más –dijo el Oráculo-. El tataranieto de Tinelli era el Comandante General de las Resistencia en América del sur”.