-Quiero que se permitaseme –dijo el Sabio, mandando fruta y entonado con elixires-, en este espacio y sencillo acto, rescatar la labor de los modistas y diseñadores de ropas. Porque con sus sacrificados sacrificios de labor de mariquitas y cosas de mujeres, hacen de las deleitantes figuras femeninas un objeto de admiración y deleite maravillosa –estaba muy borracho-, ¡Salud!

Detengámonos un momento en su brindis. Lo qué el Sabio pretendía, era destacar la labor de quiénes diseñan y confeccionan las vestimentas que las mujeres visten en estos tiempos. De cortes atrevidos, provocadores, sensuales; resaltan todo lo que visten (a veces para bien, otras para mal). Remeras pegadas al cuerpo y a la pancita o rollitos seductores, polleras desafiantes de vientos y gravedad, escotes con invitaciones de zambullirse, pantalones de cinturas bajas anfitriones de las mas sensuales fantasías, asomantes bombachitas y culotes que espían sobre los pantalones, botas de cuero guarro haciendo de las menos agraciadas gambas, guapas y sensuales piernas.

 Toda la ropa femenina es un mangar al mejor observador. No baboso, sino hombre de critica que disfruta esa condición de muestra y exposición, si no ¿para qué visten así? No nos dejen locos.

-¡Pero ojo! –advirtió el Oráculo-, eso les da un poder inimaginable.

-Las mujeres son crueles, perversas –agregó el Brujo.

-Pero hermosas –casi en llanto, salió en defensa el Poeta.

-Nadie lo niega –continuó el Oráculo-, pero juegan con nosotros. Ellas poseen la ultima palabra, solo somos títeres de sus perversidades.

Es así, las mujeres tienen la última palabra en esta sociedad tan machista. Por más que nos esforcemos en la mejor cena, la mejor pilcha, los mejores poemas y piropos, al final es ella quien decide si nos amará o no.

Y en eso las mujeres suelen ser crueles en su provocación, vengativas en su dolor (según su versión de los hechos), indiferentes a nuestro sacrificio, caprichosas en exigencia y temibles en cóleras. A veces uno no las entiende… casi siempre.

-¡Qué me importa! –dijo el Escriba-, ¡Están con todo en estos últimos tiempos!

-Es porque llegó la Primavera –nos confesó el Oráculo que ya sabía el porqué.

-La hermosa y rejuvenecedora primavera –empezó el Poeta-, trae el amor, el cantar de los pájaros, el calorcito, las pancitas afuera…

-Cállenlo- ordenó el Sabio.

¿Y nosotros que hacemos por las mujeres?, ¿Nos estamos cuidando para la Primavera?, seguramente ellas nos querrán ver tan sensuales como nosotros a ella. Serviciales, buenos amantes, ejemplares novios, o simplemente, amores platónicos. No creo que deseen nos metamos en un gimnasio a sacar musculatura estúpida para musculosa apretada y rayando el limite entre musculoso y gay.

-No creo en la Primavera –lógicamente, nos comentó el Escéptico.

De repente, vimos venir a la Musa caminado hacia nosotros, qué como es la única mujer del staff de la página, cada tanto nos confiesa algunos secretos sobre el genero femenino. “Ellas también buscan lo mismo que ustedes”, nos advirtió una vez. Eso confirma -porque creemos en la palabra de la Musa-, que hay cierto histériqueo en algunos comportamientos de Ellas, aceptado por nosotros. Y después nos castigan con su crueldad.

Interrumpimos nuestra charla, para que ella no nos escuchara.

-¡Hola!, ¿Cómo están chicos? –nos preguntó.

-¡Hola Musa! –contestamos en coro disimulando mal-. ¡Estamos bien!

-¡Ah, sí! –sonrió-, ¿Y de qué estaban hablando tan apasionados como viejas chusmas?

-De nada importante –contestamos en coro una vez más- ¡De Fútbol!

-Sí, sí, sí. Es preocupante el promedio de Racing en el campeonato –disimuló mejor el Oráculo.