El Mercado Financiero
-Vieron que Sadaic quiere cobrar una deuda por derechos de autor a Apes (asociación posadeña de estudiantes secundarios), por qué la gurizada baila y toca en sus comparsas de primavera canciones de intérpretes argentinos, como Matador de los Cadillacs –nos contó el Oráculo.
-Pero las tocan mal –comentó el Brujo en lo que no sabemos si fue en defensa o detrimento de los estudiantes, sus bombos y redoblantes.
-En ese sentido Vicentico canta desafinado y nadie le cobra nada todavía –se lamentó el Escriba-. Sería bueno que le prohíban cantar.
-¡Como te extrañamos Napolitano! –expresó el Poeta.
-¡Salud!, por Pappo.
-¡SALUD!
-¿Tomamos otra? –propuso el Oráculo.
-En caso de querer tomar otro elixir –dijo el Escriba -, usted me podría dar los dos pesos que me debe, querido amigo Oráculo.
-Me encantaría pero solo tengo un peso, tome–entregó la moneda y se levantó para ir al baño. La ausencia la aprovechó el Brujo dirigiéndose al beneficiado.
-Recuerde, y disculpe que lo moleste en qué usted me debe dos pesos también.
-Sino le molesta entonces, le entrego este peso que adquirí hace instantes –el Brujo recibió la moneda y se la guardo en el bolsillo, justo cuando volvía el Oráculo.
-Che Brujo, ¿Te acordas de los dos pesitos que me estas adeudando?
-Solo tengo uno che –contestó metiendo la mano en el bolsillo-, ¿Lo queres?
-Si, dale.
-Ya qué andas con plata Oráculo –alzó la voz el Escriba -, con un peso saldas tu deuda conmigo.
-Bueno, tengo un Pe. Toma y quedamos a mano –el Escriba recibió la moneda y sonrió con su fortuna acumulada.
-Andas platudo Escriba –lo felicitó el Brujo-. ¿Cancelas tu deuda conmigo?
-Bueno está bien –dijo de mala gana perdiendo su moneda redonda de un pesito, se levantó y se fue al baño.
-Entre nosotros amigo Brujo –susurró el Oráculo-, ¿Cerramos nuestro negocio?, me falta un peso de su deuda.
-Toma entonces este peso, es lo último que me queda. Y de esta manera te devolví todo lo que te debía.
-Listo. Deuda saldada, ahora voy a comprar un elixir –sonrió frotándose orgulloso las manos el Oráculo.
-Acá paso algo y no estoy muy seguro de qué –dijo uno de nosotros.
-Así es el Mercado Financiero amigos mios, así son las crisis. Ahora permítanme –dijo el Oráculo casi como si estuviera en trance-. Hay tantas cosas que no necesitamos en este Sistema Capitalista…
-¿Por ejemplo? –lo interrumpimos.
-El elixir que estoy a punto de comprar con el peso que encontré hace cinco minutos tirado en la vereda.
-Me dieron ganas de leer a Marx –dijimos.
-¡Ah sí!, gran tipo che –pareció como recordar el Oráculo-. El capitalismo va a caer por su propio peso vaticinó, y yo no lo hubiera expresado mejor –sonrió-. Empiecen por el Manifiesto Comunista. No tengan miedo, no muerde.
Charla inspirada y adaptada de un sketch de La Venganza Será Terrible; programa radial de Alejandro Dolina y constante inspiración de esta Web.